Un estudio publicado por la patronal de empresas de plástico,s American Chemistry Council, y realizado por FoodService Packaging Group, afirma que los vasos, platos y envases de plástico usan, en su proceso de elaboración, menos energía y agua que otros formatos como el papel o sustancias más naturales como el maíz. La clave está en la espuma de poliestireno, un material con mucho menos peso y de más fácil tratamiento.
Los productos de espuma de poliestireno crean, normalmente, menos residuos sólidos en volumen que las otras alternativas, siempre en función del producto y el peso en cuestión. A partir de estos datos, también son más favorables las emisiones de efecto invernadero, más livianas después de la eliminación del envase. Un análisis del ciclo de la vida y de la emisión de gases de cada material certifican que el poliestireno consume la mitad de energía que los envases de cartón y un tercio menos que los de poliláctico. Además, evita la emisión de otros gases más contaminantes que el C02, como el metano.
En cuanto al consumo de agua, indicando previamente que falta claridad en los datos de los principales proveedores, también hay un uso significativamente menor en la elaboración con poliestireno, de hasta cuatro veces menos que en procesos con papel y poliláctico. Mientras que el depósito de residuos sólidos también es más limpio en productos de este tipo de espuma, con cinco veces menos volumen que los procesados de cartón y otros materiales.
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